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En la resignificación de concepto que el lujo ha adquirido en los últimos años, el desarrollo y la gestión de marca de este segmento ha emergido como una disciplina distintiva que va mucho más allá de simplemente asignar un precio elevado a un producto. La esencia reside en la creación de una identidad y una experiencia que resuene profundamente con los consumidores y que evoque una sensación de exclusividad y sofisticación. Este enfoque no solo se basa en la calidad del producto, sino también en la percepción y el valor intangible que se asocia con la marca.

La exclusividad como fundamento

Este es el pilar sobre el cual se construye el branding de lujo. Las marcas que se ubican en este segmento no solo ofrecen productos o servicios, sino una experiencia única y limitada. Esta exclusividad puede manifestarse de diversas maneras: ediciones especiales, colaboraciones exclusivas, o simplemente una distribución y acceso muy selectivos. Un producto de lujo debe hacer que el consumidor se sienta parte de un círculo reducido de privilegiados, creando una sensación de pertenencia a una élite selecta. Incluso -en ocasiones- aunque el precio no fuera un factor especialmente excluyente o expulsivo. Y aquí es donde la magia comienza.

Contar una historia

En ocasiones, una marca de lujo tiene una rica herencia y una historia fascinante que añade profundidad y significado a sus productos. Marcas como Louis Vuitton, Gucci o Rolls-Royce no son solo nombres; son símbolos de una tradición de excelencia y artesanía. El storytelling juega un papel crucial en el branding de lujo, ya que permite a las marcas conectar emocionalmente con los consumidores a través de narrativas que reflejan valores, aspiraciones y un legado que trasciende el tiempo. La historia detrás de un producto de lujo añade una capa adicional de valor y autenticidad.

En otros casos, cuando se trata de marcas nuevas, el foco del storytelling debe situarse en convocar a formar parte del inicio de una nueva historia completamente innovadora, de un concepto que llega para modificarlo todo, y del cual solamente quienes puedan decir que “son parte”, tendran comprada a futuro su parte fundacional en esa leyenda.

La calidad como norma: Más allá del producto

En este universo, la calidad no es negociable: es un estándar. Los consumidores esperan que cada aspecto -desde el material hasta la confección en un producto, o desde la recepción hasta la experiencia y despedida en un servicio- refleje un nivel excepcional de artesanía, cuidado por el detalle y reparo por las preferencias y el perfil del usuario.

El concepto de calidad en el branding de lujo o de aquellas marcas que pretenden transmitir exclusividad, es una experiencia sensorial completa que refuerza la percepción de valor.

 

La curaduría de la imagen

La forma en que una marca de lujo o exclusividad se comunica con el mundo es fundamental para su éxito. El branding no solo se trata de vender productos, sino de construir una conciencia (brand awareness) imagen y una presencia que resuenen con los valores y aspiraciones de los consumidores. La publicidad y el marketing en el sector del lujo son altamente sofisticados, utilizando estrategias como generación de espacios afines a los valores de la marca, asociaciones con celebridades o influencers y eventos exclusivos para mantener la imagen de exclusividad. Cada elemento de comunicación debe ser cuidadosamente curado para garantizar que refleje los valores y la estética, los cuales deben estar previa, sólida y fundamentadamente construida. Los manuales de marca son “biblias” del branding; deben construirse concienzudamente y funcionar como piedra de toque para todos los mensajes y estrategias que se construyan a través del tiempo y la historia de la marca. Incluso, ser consultados como hito previo en los casos de rebranding.

Pero la imagen no es solo relaciones públicas, sino también la comunicación sutil que entra en juego en campañas visuales, diciendo “lo que no se dice”, agregando al mensaje verbal explícito y apelando al deseo del consumidor “ya estar allí”.

La experiencia del cliente y el servicio personalizado

En el segmento de la exclusividad, el servicio al cliente es tan importante como el producto mismo. La experiencia de compra debe ser personalizada y memorable, y debe reflejar el nivel de exclusividad que la marca representa. Desde la atención personalizada, hasta el servicio al cliente y postventa, cada interacción con la marca debe ser impecable. Las marcas de lujo, por ejemplo, generalmente invierten en formación especializada para su personal y en la creación de entornos de compra que hagan que cada cliente se sienta valorado y especial. Con respecto a su personal, también es importante que la gestión de recursos humanos haga sentir a sus empleados ese diferencial en ser parte de la marca: capacitaciones, bonos y formación profesional son elementos clave para que se identifiquen y sean los embajadores día a día de los valores de la marca.

El valor de la escasez: Crear deseo y pertenencia

La escasez es una estrategia clave en el branding de la exclusividad. Limitar la disponibilidad de productos o servicios, o hacerlos asequibles a través de recomendaciones o cupos de pertenencia, no solamente aumenta su atractivo, sino que también refuerza la percepción de valor y exclusividad. Las marcas de lujo a menudo utilizan ediciones limitadas, colecciones exclusivas y colaboraciones especiales para crear un sentido de urgencia y deseo. La percepción de que algo es raro o difícil de obtener aumenta su valor en la mente del consumidor y alimenta el deseo de poseerlo.

Sostenibilidad y responsabilidad social

El futuro del branding de lujo también está siendo moldeado por una creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social. Los consumidores de lujo están cada vez más interesados en saber cómo se producen y ofrecen los productos y servicios que compran y en qué medida las marcas contribuyen al bienestar social y ambiental. Las marcas están respondiendo a estas demandas y posicionándose mejor al adoptar prácticas más sostenibles y al comunicar sus esfuerzos en áreas como el comercio justo, la producción ética y la reducción del impacto ambiental.

A medida que el mercado evoluciona, las marcas que pretenden comunicar exclusividad, deben adaptarse a las nuevas expectativas de los consumidores y mantenerse fieles a los valores que las definen. En última instancia, el branding y por supuesto el marketing, no solo se tratan de vender un producto, sino de ofrecer experiencias que sean inolvidables y deseadas.

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